Miércoles 5 de Febrero de 2025

EDUCACION

3 de abril de 2017

La sociedad del conocimiento y los cambios culturales

En esta época de cambios vertiginosos impulsados por la revolución digital, es frecuente encontrar por igual a fascinados y a perplejos.

 Los encantados y los desconcertados comparten la misma situación de parálisis: han dejado de pensar; el contexto les ha sobrepasado y no saben cómo resituarse en el presente. El fascinado sólo ve inmensas posibilidades para el futuro, mientras que el perplejo vive anclado en la confortable seguridad del pasado. 

La ciencia y la tecnología han introducido en forma sistemática, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX, importantes transformaciones en la sociedad. En la misma dirección, el enorme y veloz desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación son, en parte, el motor de cambios culturales que influencian todos los aspectos de nuestra vida actual. Una importantísima contribución a los procesos comunicacionales es el concepto de red, verdadera estructura organizativa que permite agrupar una amplia diversidad de participantes, multiplicando las interacciones en función de la producción de conocimientos. Con su aplicación se implementa un soporte común a todas las actividades de nuestra cultura, cambia nuestra percepción de tiempo y distancia y vincula lo virtual con lo material. Las decisiones ya no se toman como alternativas excluyentes, sino como una articulación de un conjunto específico de opciones con un fin mutuo. Hoy mismo, sin necesidad de mirar al futuro, tenemos la incertidumbre de saber cuáles serán los cambios necesarios que debemos privilegiar para satisfacer las necesidades y mejorar la vida de los habitantes de nuestro planeta. Pero de algo estamos seguros, que la herramienta más poderosa que disponemos para transformarnos en un mundo mejor es la educación. ¿Desde dónde empezamos? ¿Desde y hasta dónde es posible? ¿Cómo hacer que resulte sostenible? Acude en nuestra ayuda, Federico Mayor2 , cuando opina: Uno de los desafíos más difíciles será el de modificar nuestro pensamiento de manera que enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracterizan nuestro mundo. Debemos reconsiderar la organización del conocimiento. Hemos visto que el proceso de digitalización de la cultura promueve una nueva construcción social y como tal, requiere de nuevos paradigmas que colaboren en la construcción de sentido, este es el propósito del presente trabajo en dirección a “reconsiderar la organización del conocimiento”. 

Consideramos conveniente aclarar que hemos privilegiado referirnos a la Sociedad del Conocimiento y no a la Sociedad de la Información. Esta opción no es caprichosa ya que la información no es más que el transporte del conocimiento. 

 

“Una vez más los hombres, desafiados por la dramaticidad de la hora actual, se proponen a sí mismos como problema. Descubren qué poco saben de sí, de su puesto en el cosmos, y se preocupan por saber más.”  Paulo Freire 

 

Un importante indicador de los cambios culturales que se están produciendo es el modo en que la digitalización y las tecnologías asociadas colaboran en la disminución de la materialidad.

Los objetos tienden a ser sustituidos por procesos y servicios cada vez más inmateriales que, paradójicamente, por su excesivo realismo, borran la necesidad de la ilusión. Acercarse a estas nuevas figuras de representación, a partir de la pérdida de materialidad, significa borrar distancias entre lo verosímil y lo real, hecho que tiene sus ventajas y sus riesgos. Es necesario entonces introducir nuevos enfoques para interpretar esta cambiante cultura, nuevos paradigmas que permitan avanzar en la comprensión de la complejidad. Los nuevos saberes, generados a partir de la digitalización y la consecuente construcción social, son dependientes de la evolución de los nuevos modos de vida en sociedad. Como ejemplo, el concepto expresado por Mc Luhan : “La pluma de ganso acabó con la conversación”, ilustra en forma muy sintética como fue el paso de la dimensión Homérica a la dimensión Platónica que generó un nuevo modelo cognitivo, dando lugar al nuevo paradigma: el pensamiento se perpetúa en la escritura y se independiza del sujeto, nos aclara la Dra. Najmanovich: “La escritura proveyó un contexto en el cual la filosofía y el pensamiento teórico en general pudieron emerger, desarrollarse y cristalizar. Además de jugar un rol clave en el nacimiento de una nueva práctica: el estudio, y de un nuevo espacio: la Academia”.  ¿Cuáles serán los pasos que nos permitirán transitar la Sociedad del Conocimiento? ¿Se tratará de una lenta construcción social como la descripta o una ruptura epistemológica abrupta como la que le permitió al hombre desarrollar, por primera vez, un artefacto para volar? En ambos casos el cambio de paradigmas fue tecnológico, si acordamos que toda tecnología es producción de conocimiento, es decir, resultado del pensamiento. No dejaremos de insistir en la necesidad de romper el preconcepto de considerar a la tecnología como técnica o artefacto.

Es prioritario entonces desarrollar las herramientas que nos permitan, no solo comprender y evaluar las nacientes construcciones sociales sino también colaborar en la construcción de sentido.

 

“La cultura oficial aún se esfuerza por obligar a los nuevos medios a hacer el trabajo de los viejos. Pero el carruaje sin caballos no hacía el trabajo del caballo, lo eliminó e hizo lo que éste jamás hubiese podido hacer”. Lamentablemente este pensamiento tiene una actualidad decepcionante. Sirvan como ejemplo los diseños de las plataformas para e-learning que no pueden desprenderse de los campus, bibliotecas, oficinas para alumnos, para docentes, aulas y hasta los cafés como lugar de encuentros. Otro deplorable ejemplo lo encontramos en los pretendidos CD interactivos, realizados a partir del lenguaje convencional, subutilizando el criterio de hipertexto y alejados de las formas narrativas que les son propias. Estas metáforas de la educación tradicional son preconceptos que impiden el desarrollo del pensamiento creativo para inventar nuevos modos para educar y educarse. 

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